LA FRASE

La frase de la semana: "Pareciera que a los ministros les bajaron la palanca y no piensan más". Roberto Lavagna.

martes, 30 de junio de 2009

Cristina no entendió o no quiere entender


Los resultados de las elecciones fueron contundentes. El kirchnerismo perdió. Y si se empieza a analizar detalladamente, perdió feo. Dejo aquí un par de reflexiones post-electorales, en las que esperó ser breve:

• La provincia de Buenos Aires no era el centro de toda la elección. Sin embargo, la inesperada derrota de Kirchner la colocó en ese lugar. Como dice la lógica peronista: un peronista que pierde no puede liderar. Kirchner ya se alejó de la Presidencia del PJ por esa derrota en la Provincia. Si ganaba por un punto también quedaba debilitado, pero se quedaba.

• Más allá de las mentiras de Cristina de Kirchner, el oficialismo perdió las mayorías que tenía en ambas cámaras del Congreso. Y va a seguir perdiendo a raíz del resultado electoral. Lo importante ahora es ver cómo se reconfigura el peronismo para medir la relación de fuerzas entre los principales bloques.

• Más allá de los vanos intentos de Cristina, el Gobierno salió debilitado de la elección nacional. Cada uno va a contar los votos totales como mejor le parezca, y por eso algunos van a decir que ganó el kirchnerismo y otros que lo hizo el Acuerdo Cívico y Social. Pero la realidad es que pasar de un 47% en el 2007, a alrededor de 30% en 2009 es un reflejo de debilitamiento. Los votos algo dicen, pero la Presidenta parece que no escuchó nada.

• Además, ese 30% que cuenta el Gobierno es difícil contarlos como propios. Muchos gobernadores le pidieron a Kirchner que no haga campaña con ellos, porque los podía afectar su mala imagen. Y así ganaron. Son triunfos de los gobernadores, que hoy se mantienen fieles (muchos porque necesitan la plata), pero que apenas puedan van a dar un paso al costado.

• Tanto Néstor como Cristina hablaron de "profundizar el modelo". Uno habló de la necesidad del diálogo para "profundizarlo". Y ella dijo que las críticas de Pino Solanas y Sabbatella siempre fueron "por no profundizar aún más el proceso de transformación". Todo parece indicar que el matrimonio va a intentar seguir por el mismo camino, "profundizándolo". Si así fuera, significaría que no entendieron la voz de las urnas.

• De todas formas, la oposición tampoco puede pensar que ahora hay que cambiar todo. Simplemente, el nuevo Congreso puede buscar corregir ciertas cosas, enderezar el rumbo. Y en el 2011 la gente tendrá que volver a votar y elegir, ahí sí, si quiere un nuevo rumbo.

• Muchos liderazgos salieron fortalecidos, otros debilitados y algunos quedaron igual que antes. Eso va a ser motivo de otro post, pero como primera reflexión: lo importante ahora es que los partidos o alianzas se fortalezcan y piensen propuestas o programas. La discusión por las candidaturas debería ser un estadío posterior.

domingo, 28 de junio de 2009

Voté, y obvio, había una irregularidad.

Los fiscales y autoridades de mesa supuestamente están para controlar. Lamentablemente muchas veces hacen todo lo contrario. En mi mesa, en Nuñez, había dos pilas con la misma boleta. Algo que no se puede hacer. Apenas salí dije que había una irregularidad. Ni había empezado a explicarla y el presidente y un fiscal dijeron "si, si" y entraron a resolverla...

Infografia: la renovación del Congreso. (Estimativo)


sábado, 27 de junio de 2009

La renovación del Congreso

Para quien quiera ver un informe con el pronóstico de la renovación del Congreso que se viene les dejo esta nota que iba a publicar pero se tuvo que recortar: (mañana agregó la infografía)

Pese a que la mayor atención durante la jornada de hoy va a estar puesta en lo que digan los votos en la provincia de Buenos Aires, la renovación de las bancas en el Congreso no deja de ser un tema crucial a la hora de evaluar los resultados electorales. Cuando los argentinos vayan a sufragar definirán los nuevos legisladores que renovarán la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de la Cámara de Senadores. Y al parecer, el kirchnerismo va a perder la mayoría automática en ambas. De la lectura que en el peronismo hagan de los resultados dependerá que el 10 de diciembre, cuando asuman los legisladores electos, esa sangría sea mayor o menor.

Desde que se abran los comicios en los 24 distritos del país se van a renovar 127 diputados, que representan proporcionalmente a los habitantes de las provincias, y los tres senadores que representarán a ocho provincias: Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Tucumán, Corrientes, Catamarca, La Pampa y Chubut.

A partir de las elecciones de 2005 el kirchnerismo cuenta con una mayoría absoluta en ambas cámaras, hecho que se consolidó con mayor fuerza en el 2007. Gracias a eso, contó siempre con una amplio margen para aprobar todos los proyectos que dispusiera: de ahí que el Congreso fue catalogado por muchos sectores opositores como una "escribanía".

Con el conflicto con el campo, esa fortaleza comenzó a flaquear y al Gobierno se le dificultó conseguir los apoyos necesarios. El momento crucial fue cuando Cristina Kirchner mandó la resolución 125 al Congreso. En Diputados se aprobó con lo justo, y en el Senado hubo un empate que resolvió Julio Cobos con su famoso voto "no positivo". Después de esa situación, los presidentes de los bloques oficialistas lograron recomponer sus bloques y aprobar leyes clave, como la estatización de las AFJP y de Aerolíneas Argentinas, o el adelantamiento de las elecciones, entre otras.

Primera minoría. Cuando se cuenten los votos, según un informe propio de PERFIL basado en las estimaciones provincia por provincia, el kirchnerismo dejará de tener su mayoría en Diputados. Perderá unas 20 bancas, entre propias y aliadas.

En la actualidad Agustín Rossi, jefe del bloque K, puede llegar a contar como propios a 115 diputados. A eso le suma una veintena de aliados que le siguen siendo fieles. De esos 135, en esta elección pone en juego más de la mitad: 69 bancas. El problema para quien sea el futuro jefe del bloque (¿Néstor Kirchner?), es que sólo obtendrían 49. Es decir, 20 bancas menos que le permitirían llegar como mucho a los 115 diputados. Lejos de los 129 necesarios para tener quórum propio.

Entre la oposición, tanto el PRO y todo el peronismo disidente, como el Acuerdo Cívico y Social (sumando a sus miembros incluso donde van separados), sumarían 13 bancas. Cifra que puede cambiar en pocos números con el conteo de los votos. En ese marco, el interbloque que integrarán los radicales, la Coalición Cívica, los socialistas y los juecistas serían la segunda minoría, con unos 77 diputados.

El PRO y el peronismo disidente (incluye, entre otros, a las filas de Carlos Reutemann, Juan Schiaretti y Jorge Busti, a los puntanos y a los que ingresen junto a Francisco de Narváez), llegarán a los 50.

Los bloques minoritarios, agrupados en el típico "Otros", verán reducida su representación de 21 a 15 bancas.

Cámara no tan alta. Uno de los mayores temores del jefe de los senadores K, Miguel Pichetto, debe ser que una votación vuelva a terminar empatada en la Cámara alta: una vez más, Cobos se llevaría todos los laureles. En la actualidad esa situación está lejana, ya que el rionegrino logró recomponer su bloque y cuenta con 41 senadores: 39 propios y dos aliados.

Pero en por lo menos tres de las ocho provincias que eligen sus senadores (2 por la mayoría y una para la primera minoría), la situación no es alentadora para el kirchnerismo. En Córdoba y Corrientes renueva dos bancas y no obtendría ninguna. En Mendoza también renueva dos y aparentemente sólo se va a quedar con la de la minoría. En La Pampa, en tanto, el justicialista Carlos Verna está haciendo campaña en contra del Gobierno y dice que va a integrarse al bloque de Reutemann. Serían otros dos senadores menos. Los Kirchner sólo van a poder sonreír en Tucumán, donde el gobernador José Alperovich recuperará las dos bancas de la mayoría que hoy tiene el partido bussista Fuerza Republicana. De esta forma, el Frente para la Victoria contaría con 35 senadores, uno menos que el necesario para el quórum.

En la oposición, los más fortalecidos van a ser los integrantes del Acuerdo Cívico. Pasarán de tener 17 a 23 representantes. El peronismo disidente, en tanto, pasará de ocho a diez.

jueves, 25 de junio de 2009

Nosotros lo hacemos. También Menem lo hizo.

Cuando un oficialismo está en campaña suele apelar a mostrar todas las cosas que se hicieron durante su gestión. Ahora vemos como Kirchner empapeló la Ciudad y la Provincia con la leyenda "Nosotros hacemos". Casualidad o no, también Carlos Menem, en su momento, apelo al verbo "Hacer": "Menem lo hizo", repetía la locutora luego de cada obra realizada en su gestión.

No está mal que los gobiernos resalten sus logros. Muchas veces, ante las críticas despiadadas, los méritos se pierden y la gente, que muchas veces los tiene al alcance de su vista, no los puede ver. Pero más importante sería que desde el oficialismo (y obviamente también la oposición) se diga qué es lo que se va a hacer, y no sólo en el próximo año. Sino cómo se piensa al país de acá a diez años, y no que se va a "seguir defendiendo el trabajo, la producción, la distribución del ingreso, la educación, la salud, la lucha contra la inseguridad, etcétera, etcétera". Esas son cosas que debería darse por descontado que todos van a atenderlas. Hay que decir los cómos, los cuándo y los con qué. Un estadista debe decir lo que piensa hacer en el largo plazo y convencer a todos (o la mayoría) para transitar ese camino.

miércoles, 24 de junio de 2009

Los resultados: cuando ganar no es lo fundamental

Hay una cosa que se perdió definitivamente del foco del debate en esta campaña: estamos ante una elección legislativa. Es decir, que se va a renovar el Congreso. Por ende, el resultado más importante al terminar tiene que ser cómo quedan compuestas ambas Cámaras del Congreso. El reparto de las bancas es proporcional a los votos, así que los más importante no es quien gana en la provincia de Buenos Aires, sino quien consigue o pierde más bancas. Y las expectativas indican que el Gobierno va a perder la mayoría que viene teniendo y que le permitió aprobar leyes cuando y como quiso.
Pero tampoco hay que ser ingenuos, porque el resultado electoral, en este caso, tiene un fuerte impacto político. No es lo mismo un Kirchner derrotado que uno triunfante. Pero es en este punto donde las lecturas parecen estar equivocadas: la provincia de Buenos Aires no es lo único que importa. Ya se sabe que en Capital, Santa Fe, Córdoba y Mendoza (los otros cuatro distritos más grandes) al kirchnerismo le va a ir mal. Y en Provincia, aunque gane por 5 puntos, es difícil que supere el 35 por ciento. Es decir que, pese a que juegan Kirchner, Scioli, Massa y otros referentes del PJ bonaerense, el 65 por ciento no los va a votar. Con el discurso de la polarización entre Kirchner y De Narváez el Gobierno logró que de esto no se hable. Y encima si termina ganando por poco, el ex presidente lo va a festejar como si fuese algo más heroico. Una vez más, el exitismo puesto al servicio de la política.

Para leer un poco más sobre cómo serán las lecturas de los resultados pueden ver esta nota en PERFIL.

lunes, 22 de junio de 2009

Las ideas: el cinismo de los medios y la desconfianza en los políticos

Que en la política las ideas son fundamentales es una obviedad. El problema surge cuando el voto no está condicionado por las ideas, sino por cualquier otra cosa, que muchas veces poco tiene que ver con la política.
Por estos días se lee y escucha a través de los medios que en esta campaña hay un vacío de ideas. Es una expresión bastante cínica: la mayoría de los partidos presentaron sus proyectos y programas, pero tuvieron nula difusión mediática. De una conferencia de prensa, por ejemplo, armada para explicar las propuestas de un partido sólo salieron publicadas las frases más rimbombantes. De las ideas, nada. ¿Cuál es el razonamiento? Las ideas no son noticias. No venden. Y por eso se prefieren los escándalos.Esto no quiere decir que los políticos no tengan su (gran) cuota de responsabilidad. Las promesas incumplidas generaron que a mucha gente ya ni le importe los proyectos. Carlos Menem primero, prometiendo su revolución productiva y haciendo todo lo contrario, y Fernando de la Rúa después, que dijo que iba a ser el doctor, político, maestro y demás cosas de todos los argentinos, son los máximos responsables. Y los ejemplos abundan.
El desafío mayor para los políticos ahora es recuperar la confianza de la gente. Seguir difundiendo las ideas (la mayoría las tiene en sus páginas web, sólo hay que googlearlas) y después cumplirlas. Y no resumir todo a frases hechas que pueden terminar en un engaño: que "Para la seguridad hace falta un Plan" puede atraer muchos votos, y hasta puede ser cierto que el candidato tenga un plan. Pero si después no funciona, hará falta mucho más que un solo plan.
El desafío de la gente es interiorizarse en las ideas y en los hechos, y seguir reclamando coherencia. No creerse las recetas mágicas, porque no solucionan nada. Y por sobre todas las cosas, no votar por la cara del candidato, sino por sus ideas. No sólo de él, también las de su partido.

sábado, 20 de junio de 2009

Peligro, encuestas a la vista

Elección tras elección las encuestas empiezan a tomar cada vez más protagonismo. Y esto es preocupante. Los sondeos de opinión, más conocidos como encuestas, son una herramienta útil, que puede servir para medir reacciones o preferencias de la sociedad. Pero nunca tienen que ser tomadas como una verdad absoluta. En algunas situaciones son más confiables que en otras, pero siempre tienen un margen de error (generalmente mayor al que dicen las propias consultoras).

Ahora bien, en un país donde el sistema político es ordenado, donde los cambios de ánimos de los votantes no son comunes, y donde suele haber una fuerte identificación partidaria, las encuestas tienden a ser confiables. El problema surge en países como el nuestro, en el que estas condiciones no se dan. Entonces es muy difícil que con 1.000 casos (que en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, es menos del 0,01% del padrón), se logre tener un anticipo certero.



En estas elecciones se dieron dos casos especiales: Santa Fe y Buenos Aires. En el primero, los dos principales candidatos son Carlos Reutemann y el socialista Rubén Giustiniani. A dos meses de las elecciones el primero tenía una ventaja de 20 puntos. Sin embargo, uno de los propios encuestadores confesaba que la elección iba a ser "para alquilar balcones". Conociendo el escenario se podía prever la paridad. Pero en todos los medios se repetía que el ex piloto iba a un triunfo seguro. Error: tomaron la encuesta como una verdad absoluta. Hoy los números ya muestran que la elección va a ser pareja, y los periodistas aparecen sorprendidos.

El caso de Buenos Aires, ilustrado por esta infografía del Diario Perfil que se ve más arriba, mostró encuestas de todo tipo. Las diferencias entre unas y otras eran, y son, insostenibles. Y aquí surgen los peores interrogantes: ¿se debe a que el escenario es muy impredecible y es muy difícil anticipar un resultado o a que cada consultora tiene su propio acuerdo para con su cliente? Lamentablemente, ya se sabe que los números que muchas consultoras difunden no son los mismos que le dieron a su empleador, ya sea del oficialismo o la oposición.

Muchos pueden decir: "Bueno, pero si a la larga se equivocan quedan en evidencia". Error: primero que los últimos días suelen "ajustar" los números para que terminen acercándose lo más posible al resultado final. Y segundo que durante todo el período previo alguien se vio beneficiado. Mucha gente suele mirar las encuestas y ahí toma una decisión. Como no quieren perder terminan eligiendo a alguien que tenga chances ciertas de ganar, o de acercarse al primero. Así, una primera encuesta que muestre un escenario "no real" puede terminar ayudando a que ese escenario sea, al final, "el real".

En un país tan exitista, hasta en las encuestas hay que ganar. Sino, ya perdiste media elección.

jueves, 18 de junio de 2009

El debate

Primero y principal: los debates deberían ser obligatorios. Quizás no en un canal de TV en particular, pero todos los candidatos tendrían que estar obligados a debatir con sus pares. Así la gente puede comparar y decidir. La gente suele conocer a los candidatos por los medios o por las propagandas, el debate es un espacio que permite conocerlos un poco más. Anoche, durante el debate de los candidatos a diputados por la Ciudad recibí dos comentarios antagónicos de personas con poco o nulo interés en la política. Vieron a los candidatos de manera distintas. Y está bien que así sea. Lo imporante es que los vean.
En mi opinión, fue un debate de poco vuelo en donde cada uno hizo bien lo que tenía que hacer. Gabriela Michetti (del PRO de Macri) defendió la gestión de su líder político remarcando que falta mucho por hacer e insistió en discutir propuestas, con su intención de mostrar que hay otras formas de hacer política. No me gustó su excesivo discurso publicitario.
Carlos Heller (Encuentro Popular para la Victoria, es el candidato de Kirchner) tuvo la difícil tarea de mostrar las bondades del "modelo" kirchnerista. Sólo el 20% de los porteños ve de forma positiva la gestión de los Kirchner, por eso su objetivo era consolidar sus votos y evitar que sigan refugiándose en Pino Solanas. Con una muy buena muñeca para los debates, Heller logró dejar en claro los logros de Kirchner y pudo resistir los constantes embates de los otros tres candidatos.
Alfonso Prat-Gay (Acuerdo Cívico y Social, de Carrió) se mostró tal cual es. Le falta el carisma típico de todo político. Habla suave, no entusiasma. Pero cuando de explicar ideas se trata, es muy claro. Así fue ayer. No entusiasmó, pero cuando tuvo que describir algunas propuestas lo hizo bien. Tampoco me gustó que por momentos caiga en discursos tipo spot de campaña. De los espacios finales, me pareció el mejor. Apeló al voto anti kirchnerista, criticó a los otros tres, y mostró sus aspectos positivos. Y de Carrió, claro.
Fernando "Pino" Solanas (Proyecto Sur) logró consolidarse como el candidato que busca correrlos a los Kirchner por izquierda. Criticó el capitalismo de amigos e hizo hincapié en la defensa de los recursos naturales, pilar de su propuesta. Estuvo flojo en el espacio de "Modelo de Ciudad".

¿Por qué un blog?

Hace tiempo que tenía ganas de armar un blog. A veces son muchas las ideas en la cabeza y pocos los lugares donde bajarlas. Esta campaña me terminó de convencer de que tenía que hacerlo. Me reniego a ver que la política sea vista como una mala palabra. Me reniego a que la gente diga: "son todos lo mismo". Me reniego a que los medios favorezcan este desinterés y busquen solamente las noticias "interesantes". Me reniego a que las ideas o los principios tengan cada día menos propaganda y a que, en cambio, los conceptos huecos del marketing político tengan cada vez más publicidad. La política no muerde tiene como objetivo acercar a la gente, a quien quiera, a esto que a muchos apasiona: la política, algo intrínseco del ser humano, que tiene que servir para mejorar las cosas y no seguir empeorándolas. El 28 hay elecciones. Hay que saber qué se vota, quiénes se presentan, qué se propone y qué se pone en juego. Hay que elegir, no descartar. Hay que pensar y no dejarse llevar. Y hay que construir, y no sólo ganar. Bienvenidos, aquí vamos.