LA FRASE

La frase de la semana: "Pareciera que a los ministros les bajaron la palanca y no piensan más". Roberto Lavagna.

viernes, 30 de abril de 2010

Sobre el periodismo

Dijo alguna vez Joseph Pulitzer: "La prensa libre debe abogar siempre por el progreso y las reformas. Nunca tolerar la injusticia ni la corrupción. Luchar contra los demagogos de todos los signos. No pertenecer a ningún partido. Oponerse a los privilegios de clases y al pillaje público. Ofrecer su simpatía a los pobres y mantenerse siempre devota al bien público".
Hoy tenemos periodistas que no abogan por el progreso y las reformas. Otros que toleran la injusticia y, sobre todo, la corrupción. Y son pocos los que luchan contra los demagogos.
Hoy el rol del periodista está en la mira, y está bien que así sea. Por eso el periodista, en mi opinión, debe recordar estas líneas de Pulitzer. Y habría que agregarle algo más: no perder nunca el espíritu crítico.

lunes, 26 de abril de 2010

¿Volvieron los gorilas?

Hace unos días leí una nota en La Nación donde el escritor Guillermo Martínez decía que surgió "una nueva forma de gorilismo en la era K". Lo fundamenta en "el odio irracional" que él percibe. La realidad es que hace varios años, y sobre todo desde el conflicto del campo, se empezó a escuchar que todo aquel que criticaba al Gobierno es un gorila.
Suelo decir: "Si ser gorila es estar en contra de los intendentes del conurbano, por ejemplo, sí, soy gorila. Si ser gorila es ser golpista, claramente no lo soy". Un pensamiento similar al que Osvaldo Bazán, en esta nota en Crítica, expresa con mayor profundidad.
No creo en los Kirchner. Creo que hicieron cosas muy bien. Pero no creo en los Kirchner. Y siempre me encuentro ante la disyuntiva de cómo evaluar medidas que en un marco de normalidad serían elogiables, pero que en el fondo enmascaran segundas intenciones (ya sea demagogia, ya sea clientelismo, ya sea manejar la información o ya sea controlar más caja). Además, considero que más allá de las medidas progresistas que un gobierno tome, no se lo puede calificar de progresista si cae en la corrupción. Y los Kirchner vienen tomando impulso para competir con Menem en el ranking de sospechas de corrupción.
El término gorila surgió para definir a aquellas personas que se oponían a Perón. Eran los famosos antiperonistas. El creador del peronismo fue transformador en la política argentina, con sus éxitos y fracasos, con sus acciones elogiables y otras repudiables. Pero transformó de alguna manera a la Argentina, razón por la cual es de entender que haya habido sectores disconformes por perder sus lugares de privilegio.
Kirchner, después de casi 7 años, no logró transformaciones en serio. La pobreza no bajó como lo debería haber hecho después de 7 años de crecimiento ininterrumpido a altas tasas. La educación y la salud siguen en un nivel deplorable. Y la corrupción sigue siendo un mal endémico en el país. A mi entender, los Kirchner no se merecen que se diga que tienen gorilas enfrente. ¿No?

viernes, 16 de abril de 2010

Una sanción sin paz

Un experto en los arietes parlamentarios repite un concepto mundialmente reconocido: para incorporarse como norma, una ley tiene que tener un tratamiento pacífico y luego perdurar en el tiempo. Un proyecto que se sanciona a las apuradas y con dudas respecto a su legitimidad, no es pacífico. Por ende, difícilmente vaya a perdurar en el tiempo, hasta incorporarse al sistema. Y esto no tiene que ver con la cantidad de votos con los que se aprobó, porque se pudo haber aprobado por un solo voto de diferencia, pero ser pacífica.
La coparticipación del impuesto al cheque, que votó el miércoles el Senado, claramente carece de la "paz" necesaria. Argumentos a favor y en contra se lanzan sobre la validez de haber aprobado el proyecto con mayoría simple, pero las formas fueron controvertidas. Durante toda la jornada, los propios opositores sostenían que necesitaban mayoría especial (la mitad más uno del total de la cámara). Sin embargo, como vieron que no llegaban a ese número decidieron cambiar el dictamen sobre la marcha, de forma tal que se puede interpretar (con argumentos sólidos) que se podía votar por mayoría simple (la mitad más uno de los presentes).
El problema acá es que no se tomó la decisión con el objetivo de incorporar una norma al sistema, sino para conseguir un triunfo político. Bajo esa lógica, que toda la maniobra no haya sido pacífica no es un inconveniente. Pero está claro que al proyecto no se le puede augurar un futuro prominente. Ya sea por el veto presidencial o por un fallo judicial, finalmente, descansará en paz.

Periodistas en la mira

En su afán por criticar a los medios (que no publican lo que ellos quieren), los Kirchner están consiguiendo que se superen ciertos límites. Los escraches, siempre controvertidos pero en casos extremos aceptables, ya no sólo son patrimonio de los políticos. Ahora también la ligan los periodistas, con nombre y apellido.
Esta semana volvieron a aparecer afiches en la calle con las caras y los nombres de los periodistas más conocidos del grupo Clarín. Allí se los acusa de trabajar para una apropiadora de bebés de la dictadura.
No se comparte, pero se puede aceptar que se critique a diferentes medios por su línea editorial. En realidad si creyesen en serio en la libertad de prensa no lo harían, pero bueno, uno lo puede entender. Sin embargo, que acusen con nombre y apellido a los periodistas simplemente por trabajar en esos medios es lamentable. Y peligroso.
Hay periodistas que son lamentables y otros que son muy respetables. Así como los hay políticos. Y en todos los diarios, como en todos los partidos. A los políticos la gente los elige, a los periodistas, también. Si no me gusta fulano, no lo escucho o no lo leo. Y en todo caso, la concentración de medios no se combate atacando a los periodistas, sino a las empresas.
Ahora bien, la tarea del periodista es informar y, en algunos casos, opinar. Mientras que no viole ninguna ley, lo que está haciendo es respetable, inclusive si su opinión es diametralmente opuesta a la de uno. Los afiches, anónimos, ponen a los periodistas en la mira. Periodistas que lo único que están haciendo es trabajar.

martes, 6 de abril de 2010

Buenas noticias... ¿sarmientinas?

Cristina Kirchner anunció hoy la entrega de 3 millones de netbooks para estudiantes y docentes de las escuelas secundarias públicas. Es una gran medida, similar a la Plan Ceibal que tiene Uruguay desde hace unos años, excepto que allí abarca a todos los alumnos y no sólo los de secundaria. No es la primera medida relevante que toma el Gobierno de Cristina. La asignación por hijo para los desocupados es uno de los ejemplos. Son decisiones importantes, que vienen a salvar errores de años.
El único problema es de dónde surgen los fondos. En los dos casos la respuesta es la misma: la Anses. Desde la reestatización de las AFJP, la Anses es una caja inagotable de recursos para el Gobierno. Pero en algún momento ese grifo se va a cerrar, y los que están corriendo con el riesgo son los jubilados, los de ahora y los del futuro. De todas formas, con los planes en funcionamiento, los futuros gobiernos no van a tener margen para anularlos, por lo que en todo caso van a tener que buscar fuentes alternativas de financiamiento, probablemente con recortes de otros gastos que el Gobierno hoy no quiere hacer.
Ahora bien, al anunciar el plan, Cristina dijo que se siente la "Sarmiento del Bicentenario", por la revolución educativa que significa este plan (como lo fue la educación pública de Sarmiento). Ese comentario demuestra toda su soberbia. Es la historia, y no ella, la que tendrá que dictaminar si es la Sarmiento del Bicentenario.
Pero más soberbio aún es apropiarse de proyectos e ideas y olvidarse de todos aquellos que los hayan sostenido. Demuestra la soberbia pensar que las cosas comenzaron a cambiar desde que uno gobierna, olvidándose de los aportes que pudieron hacer otros, dentro o fuera de los gobiernos. El de las netbooks o el de la asignación por hijo, son planes que vienen siendo promovidos por diversos sectores desde hace años. Sarmiento dio cátedra hablando de la educación pública, hasta que se llevó a la práctica. A Cristina no se le conocen muchos discursos respaldando estas iniciativas. "Bueno, pero es ella la que los implementó", me podrían contestar. Sí, pero hay medidas que deben ser reconocidas como un beneficio para todos, y no como un aporte político de unos pocos. El apropiarse de los proyectos de otros sin reconocérselos tiene olor a que uno quiere quedarse con todo el rédito político. Entre esa actitud y la demagogia hay pocas diferencias.

lunes, 5 de abril de 2010

Malas noticias

Hoy Cristina Fernández de Kirchner dijo: "En nuestro país solamente se conocen las malas noticias". Debe haber perdido la memoria. Durante más de cinco años de gobierno kirchnerista, de Clarín para abajo no abundaban las malas noticias. Solamente algunos medios criticaban, como siguen criticando, las cosas malas que hacía el gobierno, como por ejemplo la corrupción, el desmedro por las instituciones o la hipocresía en determinadas medidas.
Pero lo importante, y creo haberlo escrito en otra oportunidad, es que es obligatorio que un medio difunda las malas noticias. Las buenas noticias tienen que llegar a la gente a través de las políticas públicas, de los resultados de las mismas, y de las campañas de difusión del Gobierno. Y además por los medios. En los primeros años de los Kirchner, la gente percibió las buenas noticias. Y muchos medios ayudaron a tapar las otras.
Las malas noticias, lamentablemente, son ocultadas y tapadas lo más posible. Y por eso los periodistas deben difundirlas. "El pueblo quiere saber de qué se trata", dicen que se decía en la Revolución de Mayo. Claramente, la gente siempre quiere saber lo que el gobierno de turno no quiere contar.
El problema surge cuando hay muchas malas noticias, que tapan a las buenas. Y esa es responsabilidad del Gobierno. No de los medios. ¿No?