LA FRASE

La frase de la semana: "Pareciera que a los ministros les bajaron la palanca y no piensan más". Roberto Lavagna.

jueves, 22 de octubre de 2009

Un presupuesto sin supuestos

Mientras los políticos siguen hablando de la ley de medios y ahora se aprestan a debatir una reforma política, el tratamiento del presupuesto para el año próximo está pasando (o paseando) por el Congreso.
La semana pasada, en Diputados se aprobó el proyecto de Presupuesto 2010. Por primera vez en el kirchnerismo se logró sin realizarle ninguna modificación. Los diputados no encontraron nada para aportarle a la iniciativa del Gobierno. Ahora empieza el turno del Senado. Allí están los representantes de las provincias, que fueron son y serán perjudicadas por el Gobierno en el reparto de los fondos.
El diputado radical Miguel Giubergia, durante la sesión, recordó a Juan Bautista Alberdi, quien sostenía que “el presupuesto es el barómetro que señala el grado de buen sentido y de civilización de un país. La ley de gastos nos enseña si el país se halla en poder de explotadores o está regido por hombres de honor, si marcha a la barbarie o camina a su engrandecimiento”. En los últimos años ese análisis es imposible de realizar. Entre los superpoderes, las facultades delegadas del Legislativo al Ejecutivo y las consecuentes modificaciones presupuestarias que realiza el Gobierno, los supuestos gastos que previó el presupuesto quedaron en el olvido.
Un ejemplo de la falta de previsión al armar el presupuesto es que el Gobierno ya esté hablando de ampliar las asignaciones familiares a los hijos de desocupados y los trabajadores informales (mientras la oposición plantea universalizar el reparto por hijo). De implementarse cualquiera de las dos opciones, se trataría de un plan estratégico que debería estar contemplado en cualquier presupuesto. Pero una semana después de aprobarlo en Diputados, ya se está hablando de que sería necesario hacer modificaciones presupuestarias.
Las promesas de obras incumplidas es otro caso que hace del presupuesto una norma vacía. Año tras año el Ejecutivo promete una serie de grandes obras a realizarse en varios años. Pero año tras año esas obras aparecen y desaparecen del presupuesto, no reciben fondos o aumentan su presupuesto de manera sospechosa.
Así, el presupuesto deja de lado su esencia para ser un mero maquillaje, una ley con anexos que muestran como se va a distribuir el dinero entre las diferentes áreas del Estado. El presupuesto es la norma más importante de todas, ya que direcciona las políticas de un gobierno. Hermes Binner, en una entevista con Perfil, dijo: “Cada vez tenemos más desconfianza, porque con el tema de los superpoderes el presupuesto dejó de ser un hecho confiable para ser un hecho anecdótico”. Este año no aparenta ser la excepción, y el presupuesto, una vez mas, no va a dejar supuesto nada.

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