LA FRASE

La frase de la semana: "Pareciera que a los ministros les bajaron la palanca y no piensan más". Roberto Lavagna.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Un show, plagado de hipocresía

Graciela Camaño, de rosa, se va. Carlos Kunkel, sentado, se ríe. Ella le acaba de pegar una cachetada en la cara. Y como si fuera una película grotesca, así terminó la reunión de la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados. Una reunión convocada para analizar las supuestas presiones y extorsiones que se dieron en la sesión del miércoles último, cuando se debatía el Presupuesto 2011.
La comisión fue un show, plagado de hipocresía. Un show montado por algunos sectores de la oposición, liderados por Elisa Carrió, con el que intentaron sacar provecho de la escandalosa sesión, en la que desde ministros a legisladores, pasando por funcionarios y gobernadores, hicieron de todo para convencer a diputados opositores para que se retirasen a la hora de la votación y permitiesen así un triunfo oficialista. Es una realidad que llamaron, ofrecieron, operaron y apretaron. No es la primera vez que pasa y, probablemente, no será la última.
Carrió entendió hace tiempo la relación entre las denuncias y los medios. Sabe como transformarlas en noticias. El problema fue que las únicas denuncias que tenían para presentar en este caso eran endebles, pero de todas formas montaron el espectáculo. Cynthia Hotton llamó a Patricia Fadel en medio de la noche para hablar de otro proyecto. Esta, supuestamente, le habría pedido que se retirase mostrándole el abanico de posibilidades que se le abría. Pero no hay pruebas de ofertas. Elsa Alvarez contó que recibió cuatro llamados. En uno le insinuaron que se podían perder obras para su municipio, Puerto San Julián, Santa Cruz. Y en otra quisieron comunicarla con De Vido. Pero de ofertas concretas, nada. Y Carrió se dedicó a relatar "todo" lo que había escuchado durante esa fatídica jornada. Lo mismo que los medios publicaron los días siguientes. Todas versiones, nada concreto si los protagonistas no lo ratifican.
Los que recibieron los llamados más fuertes, los que llegaron a escuchar que les ofrecían cifras, y que después les decían que esas cifras no tenían límites, no hablaron. Son los siete diputados del Peronismo Federal, que durante la sesión les contaban a sus pares todas sus conversaciones con gente del kirchnerismo. Pero a la hora de denunciar, se callaron.
También hubo hipocresías en la comisión. Son hipócritas aquellos legisladores, sobre todo del oficialismo, que muestran un escenario de rectitud en el Parlamento. "Acá todos recibimos presiones, y de todos los sectores de la sociedad", argumentaba una diputada. Es cierto, pero con ese argumento encubre que hay diputados que recibieron ofertas. Y si se hacen ofertas, es porque el terreno es proclive a hacerlas. "Y si a alguien le ofrecieron una coima debe declararlo en la Justicia", insistió. No es tan fácil. Hay quienes tienen miedo de denunciar. Hay quienes no pueden denunciar porque temen ser denunciados también. Hay de todo. Pero pretender que la política argentina es pura y santa, es una hipocresía.
"Dicen que esta sesión incluso superó a la de la 125, porque llegaron a ofrecer plata", le pregunté el otro día a una diputada del Peronismo Federal. "Pero no dudes que en la 125 también hubo plata", contestó, tajante. Los dirigentes saben que hay coimas. Lo sabían en los negocios con Venezuela, pero si los empresarios involucrados no declaran no hay pruebas suficientes. Lo saben en las obras públicas, pero si nadie confiesa, no hay pruebas. E incluso, todos lo sabían en las coimas del Senado, con la famosa Banelco, pero hasta que no apareció el arrepentido valijero, Mario Pontaquarto, nada se pudo hacer.
Hubo show, y terminó en escándalo. Hubo hipocresía, y complicidad con la corrupción. Y una vez más, el debate brilló por su ausencia y el Presupuesto quedó en nada.

4 comentarios:

matias dijo...

Si hubo o no coimas o presiones es imposible saberlo lo que esta claro como el agua es que los que se callan o no denuncian lo hacen por un viejo y espantoso codigo de la politica...como el mañana quisa los encuentre siendo gobierno...y haciendo las mismas practicas no denuncian...salvo teniendo la cara de piedra como Bullrich que formo parte del gobierno de la banelco meses despes de ese escandalo..

Dario dijo...

Gabriel trato de leerte sin alterarme, no te voy a denigrar ni nada por el estilo pero tampoco puede obviar el hecho de que trabajas para Fontevecchia (a mi paladar uno de los embusteros mas grandes del pais). En una respuesta a un comentario mio sobre otro topico me dijiste que en la OPO habia personajes valiosos, bueno, te agradeceria si me nombras tan solo uno porque yo todavia no lo descubri (de verdad lo digo).Por otro lado si procedemos con rigor cientifico (y al periodismo argentino le vendria bien hacerlo habida cuenta que durante el Kirchnerismo abandonó su razon de ser para dedicarse groseramente a la manipulación) deberias aportar alguna prueba de los supuestos negociados con Venezuela que con tanta liviandad afirmás. Decime porque te tendria que creer asi porque si cuando no aportas ningún elemento que sustente tamaña afirmación. Eso que haces es Lanatismo puro. Nadie cree que la politica argentina es pura y santa (quizas solo nuestra tea party argenta, la impresentable Cynthia Hotton) porque efectivamente nunca lo fue, no lo es y probablemente no lo será. Y permitime informarte que no es pura y santa en casi ningun lugar del mundo (por caso EE.UU ha dejado de ser una Democracia hace mucho tiempo para convertirse en una Corporocracia y sino preguntale al pobre "negro, socialista y musulman" Obama). No estoy justificando los vicios del sistema pero también hay que distinguir entre presiones y sobornos, porque lo primero es normal y hace a la esencia del parlamentarismo. Que haya diputadas como Hotton o Alvarez (a Carrió o Bullrich no las cuento porque ya son inimputables) que no sepan distinguir y que no se banquen las presiones es un indicio de que carecen de la capacidad intelectual para ser reprsentantes del pueblo amén de que habla pésimo de la gente que voto a estos dos mujeres que degradan a la politica. Me gustaria que me respondas con argumentos solidos y no con dimes y diretes sin sustento factico. Y repito lo que te dije alguna vez y probablemente no compartas aunque calculo que en tu interior coincida
s en parte: Este Gobierno no es el mejor posible pero a mi no me caben dudas que fue el mejor desde la vuelta a la Democracia y como decia el cantante de Babasonicos, es muchisimo mejor que lo que hay en la mal llamada Oposicion (yo le diria Obstruccionismo Magnettista). Me encantaria alguna respuesta de tu parte porque me interesa tu opinion y pese que tal vez pude haber dicho algun exabrupto, esta vez vine en son de paz. Saludos y a diferencia de Camaño prometo discutir civilizadamente.

Anónimo dijo...

Estamos en una encerrona. Si denunciamos sin la prueba contundente e irrefutable un hecho de corrupción, los que duden de la honorabilidad del denunciante, con razón pueden tildarlo de infectado del virus Carrió, o de pura mala leche. Ahora, si para llamar la atención sobre algún acto de corrupción, y que éste comience a investigarse nos ponemos en la situación de sólo aceptar la prueba inconstrastable, corremos el riesgo de escudar con ese discurso a los corruptos, que por supuesto no andan dejando por el camino las pruebas de sus fechorías. No tengo una posición tomada completamente a qué camino debe tomarse en estos casos.
Con respecto a este caso en particular, creo que la señora Caamaño está tan agradecida por los frutos de una larga vida de duro trabajo de su marido, que no pudo permitir que se manchase públicamente el buen nombre de tan encumbrado señor. ¡Cuánto amor!

Saludos, y si no estás de acuerdo conmigo te cago a trompadas Gabriel!

José B.V.

Gabriel Ziblat dijo...

Gracias por los comentarios. José, estoy de acuerdo con vos... pero sólo porque te tengo miedo!

Darío, gracias por responder un poco más civilizadamente. No tengo mucho para comentar sobre tus verdades absolutas. Sólo espero que sigas leyendo el blog, donde voy dejando todas mis opiniones. Sí, las mías, y no las de Jorge Fontevecchia, que no tiene ningún tipo de injerencia en este blog, y mucho menos en mis opiniones.
La verdad es que tengo muchas cosas para contestarte, pero temo que sea en vano, por la vehemencia y las calificaciones cuasi absolutas que desplegás. Gracias de todas formas.

Saludos.