LA FRASE

La frase de la semana: "Pareciera que a los ministros les bajaron la palanca y no piensan más". Roberto Lavagna.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Cuatro ministros encabezaron el operativo presión

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro de Planificación, Julio De Vido, fueron los miembros más encumbrados del Gobierno que lideraron el operativo para convencer a diputados de que se retiraran de sus bancas y permitieran la aprobación del Presupuesto 2011. Pero no lo hicieron solos, los ministros Carlos Tomada (Trabajo) y Julián Domínguez (Agricultura), y una lista de secretarios, gobernadores, legisladores y dirigentes aislados también se sumaron al raid.

El kirchnerismo dio inicio a la sesión del miércoles último en la Cámara de Diputados con la tranquilidad de que iban a conseguir aprobar el Presupuesto 2011. Sin embargo, con el correr de las horas, y luego de que Elisa Carrió y Pino Solanas denunciaran un nuevo “Pacto de Olivos”, la incertidumbre sobre el resultado final inundó el ambiente y los teléfonos de los diputados comenzaron a sonar.

“Los ministros fueron más medidos y preguntaban si existía alguna posibildad de acuerdo. Pero de ahí para abajo se desbocaron, ofrecieron de todo”, le explicó a PERFIL un diputado del Peronismo Federal. Otro colega suyo aventuró: “A mí me parece que Rossi (Agustín, jefe de bloque) pidió auxilio porque los números no le daban y salieron todos, de manera desordenada, a rescatarlo”. Y enumeró las diferentes propuestas que escuchó que se hicieron durante la madrugada. “Decime lo que querés”, fue la frase que más se repetía, pero también hubo promesas de obras para las provincias, de plata y de viajes (a uno le habrían ofrecido un viaje a China). Pero también hubo aprietes: “A otro diputado lo apretaron con darle impulso a una causa penal que tiene”.

“Empezaban con una cifra, pero después decían que esa cifra no tenía límite. Y también prometían reelecciones o reuniones con la Presidenta”, indicó otro diputado. La cifra inicial, según se comentaba en los pasillos, era 50 mil pesos.

El foco de atención de los kirchneristas estuvo en el bloque del Peronismo Federal, que conduce Felipe Solá. Por lo menos siete miembros de esa bancada fueron contactados para torcer su posición, pero ninguno de ellos quiso hacerlo público. Según pudo constatar PERFIL, tres de ellos son Estela Garnero, Lorena Rossi y Mauricio Ibarra. La primera fue insistentemente llamada desde la Gobernación de Córdoba. Schiaretti buscaba convencerla de que votase a favor del proyecto, como su comprovinciano Francisco Fortuna. Rossi, de Río Negro, habría sido llamada por dos ministros (Tomada y Domínguez) y por su líder político, Julio Arriaga, que estuvo con Solá y ahora se codea con Miguel Pichetto. Al sanjuanino Ibarra, en tanto, lo llamaron desde el despacho de De Vido, pero no atendió.

El salteño Marcelo López Arias, del bloque peronista, también fue contactado. Alrededor de las 23 estaba junto a un grupo de colegas cuando le sonó el teléfono: era Aníbal Fernández. Una diputada describió cómo eran los diálogos más comunes: “Colaborá con el proyecto”, decían los kirchneristas. “Me hubieran llamado antes, y veíamos si podíamos llegar a un acuerdo, ya es tarde”, recibían como respuesta.

A los casos ya conocidos de Cynthia Hotton y Elsa Alvarez, que denunciaron en el recinto que las habían llamado para pedirles que se retirasen, se suma el de Mario Mazzitelli, secretario parlamentario de Proyecto Sur. Un conocido lo llamó para preguntarle si lo podía llamar alguien en nombre de De Vido y él aceptó. Cerca de la una, esa persona, de nombre José María, lo llamó y le preguntó qué pedían. La respuesta incluyó las propuestas del bloque, por lo que no hubo mucho más de que hablar. Se sospecha que José María se trataría de Olazagasti, secretario privado del ministro.

El resultado, después del escándalo, fue que trece diputados de la oposición quedaron en la mira por haberse ausentado sin dar explicaciones a los presidentes de sus bloques.

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