LA FRASE

La frase de la semana: "Pareciera que a los ministros les bajaron la palanca y no piensan más". Roberto Lavagna.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Los caceroleros definen estrategias frente al 7D y si hay nueva marcha


Los principales referentes de los grupos de Facebook que motorizaron el cacerolazo ya están mezclando el estado de euforia por lo que evalúan como una exitosa manifestación con el análisis de cómo deben seguir de ahora en adelante. Como lo preveían en la previa al 8N, las diferencias comenzaron a salir a la luz y ya hay por lo menos cuatro posturas sobre cuál es la estrategia más conveniente a tomar.
Dos cuestiones generan las mayores incertidumbres. En primer lugar, la cercanía del 7D, fecha que el Gobierno estableció como bisagra en su batalla contra el Grupo Clarín. Algunos quieren salir abiertamente a defender al multimedios, enarbolando la bandera de la libertad de expresión. Otros, en cambio, consideran que los reclamos que se escucharon en las calles exceden ese problema y no quieren que el fenómeno de los cacerolazos quede rehén de esa guerra. Por otro lado, la proximidad de fin de año y de las vacaciones acorta los plazos para convocar a una nueva movilización.
Estas cuestiones son parte de discusiones constantes que están teniendo los referentes. Incluso, ayer por la tarde y hasta el cierre de esta edición, se organizó una primera reunión. El objetivo era hacer un balance de lo que fue el 8N, pero sobre todo analizar el escenario que se vislumbra en el corto plazo. De esos encuentros suelen participar unas cuarenta o cincuenta personas, en su mayoría administradores de las páginas de Facebook antikirchneristas que vienen convocando, o miembros de los grupos que se fueron armando entre los caceroleros. La fecha, la hora y el lugar de esas reuniones surgen de las conversaciones que mantienen en grupos cerrados y secretos, con los que buscan evitar los infiltrados. Y luego, en algunos casos, van transmitiéndolas a otros referentes de las convocatorias que por diversos motivos no forman parte de esos grupos.
Ese sistema de toma de decisiones, como si fuera poco, ya comenzó a ser puesto en duda por otros referentes, que pretenden que las determinaciones sean más abiertas y no queden reducidas a un grupo específico. Ya hay otro sector que está convocando a una convención abierta el próximo jueves, en la sede Sarmiento del Banco Ciudad, para debatir las estrategias. La idea de los organizadores es primero armar grupos de debate, que luego presenten una propuesta ante el plenario. Según se anunció, van a estar como moderadoras Paula de Conto, la despachante de aduana que denunció a Guillermo Moreno, y Laura Elías, ex mujer del kirch-nerista José Ottavis, con quien mantiene un conflicto judicial.
A las tensiones que empezaron a surgir entre los principales referentes, que ya desconfían entre sí por los acercamientos a partidos políticos que están teniendo unos y otros, se agrega la problemática de la relación con los medios. Cada vez que alguien aparece nombrado surgen las críticas de aquellos que prefieren el anonimato.
Escenarios. Los sectores más envalentonados ya están pensando en armar un nuevo cacerolazo el 6 de diciembre. Uno de los usuarios más representativos de las protestas en Twitter, @MarcePCsolution (tiene más de 218 mil seguidores), ya puso en su nombre la leyenda “#6D”. Esa estrategia es respaldada por todos aquellos que quieren anticiparse a cualquier decisión que pueda tomar el Gobierno en torno a su batalla con Clarín.
Sin embargo, muchos otros sectores creen que convocar a otra protesta tan prontamente puede ser contraproducente. A ésos se suman los que creen que el cacerolazo no debe quedar pegado al tema Clarín solamente.
Por eso, algunos ven la posibilidad de convocar para el 13 o el 20 de diciembre, como para intentar marcar distancia. El 20D ya despierta polémica por el recuerdo de 2001. Otros, incluso, ya consideran que lo mejor es dejar pasar el verano y volver en marzo con más fuerza si no cambió la situación.
Por último, una visión que por ahora tiene buena recepción es la de esperar a ver cómo actúa el Gobierno. Ya saben que las primeras reacciones no fueron positivas, pero igual pretenden aguardar. Y, en caso de que se tome alguna medida de fuerza en contra de Clarín, están convencidos de que va a haber una reacción espontánea en el mundo de las cacerolas.

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