Se trata de Panedile, una firma que desde 2003 ha tenido un vertiginoso crecimiento en las licitaciones. La encabeza Hugo Dragonetti, un ex funcionario del gobierno de Isabel Perón.
El escándalo Lázaro Báez dejó en la mira el reparto que Julio De Vidoha hecho de los millonarios fondos con los que contó el Ministerio de Planificación en la última década. Pero los favoritismos no se redujeron al empresario santacruceño. En ese marco, se destaca la empresa Panedile, a quien diversas fuentes políticas, empresarias y periodísticas de distintos puntos del país, no dudan en vincular con el poderoso ministro.
La frases que se repiten van siempre en el mismo sentido: “Llega con el espaldarazo de Nación”, “tiene la banca del ministro” o, incluso, sin pruebas que lo acrediten, “Panedile es De Vido”. La constructora, que pertenece a Hugo Dragonetti, viene teniendo fuerte injerencia en provincias como Santiago del Estero y San Juan, donde ya son vox pópuli las menciones respecto al vínculo funcionario-empresa. Un constructor de otra provincia, conocedor del paño, también reconoció que en el ambiente esa noticia es moneda corriente. Y coincidió con la visión de un gran empresa constructora.
Los números, además, respaldan lo que se comenta. Panedile es una empresa fundada por capitales italianos en 1947, que hasta principios de la década del 90 se destacó en la construcción de represas hidroeléctricas. En 1996, la empresa cambió de dueños y se “argentinizó” (en 2000 ingresa la familia Dragonetti). Pero en ese período apenas hizo tres obras. Hasta que desde 2003 sufrió un reverdecer: le adjudicaron treinta obras, por un presupuesto que la misma empresa reconoce, en total, como de 1.752 millones de dólares.
Ante la consulta de PERFIL, desde la empresa aseveraron que “Panedile no tiene ningún vínculo” con De Vido. Desde el Ministerio de Planificación, en tanto, respondieron que no realizarían “ningún comentario” al respecto. “Las acciones y el directorio se integran de la siguiente manera: presidente, Hugo Dragonetti y los accionistas son los cinco hijos del presidente de la empresa, cada uno con el 20%”, detallaron desde la firma. Los antecedentes de Dragonetti incluyen haber sido funcionario (subsecretario de Obras Públicas, entre otros cargos) durante el tercer gobierno de Juan Perón y su sucesora y viuda, Isabel.
Respecto del crecimiento en los últimos años, desde Panedile responsabilizaron a la “difícil situación económica que atravesó el país” por las pocas obras que realizaron antes de 2003. Sin embargo, un análisis más detallado indica que durante toda la década del 90 la empresa (con los dueños anteriores) sólo realizó, de principio a fin, dos obras viales. Los nuevos propietarios afirman que desde 2000 la firma “ha adquirido mayor maquinaria y ha capacitado a sus recursos humanos de manera tal que la firma es hoy una de las empresas más demandadas en la construcción de obras”.
El crecimiento de Panedile, además, le permitió ir aumentando su estatus en el “Certificado de Capacidad de Contratación Anual para Licitaciones”, un listado que realiza periódicamente la cartera de De Vido sobre las empresas constructoras.
En el ambiente, Panedile sigue siendo destacada como especialista en la construcción de diques. Sin embargo, desde 2003 para acá se tuvo que unir con Techint para terminar dos represas en San Juan y le asignaron una tercera en Santiago del Estero, que está sospechada de sobreprecios (la empresa dice haber perdido cinco millones de pesos) y tuvo fallas técnicas al poco tiempo de inaugurada. Por el contrario, en este período Panedile se destacó en la realización de obras viales y, en los últimos años, fue noticia por dos polémicas obras de arquitectura: el Teatro del Bicentenario en San Juan (280 millones de pesos) y dos majestuosas torres en Santiago donde se mudarán ministerios, denominadas allí como “las Torres Gemelas” (más de 400 millones de pesos).
La “argentinización” de Panedile, además, le permitió ampliar las fronteras. Los réditos que ha tenido en estos años le permitieron lanzar un emprendimiento privado en la exclusiva zona de Punta Ballena, en Punta del Este.